EL GOBIERNO DE
CASTRO: LA IMPLANTACIÓN DEL COMUNISMO
El régimen de
Castro pronto mostró su tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada
en los primeros años afectó principalmente a los intereses estadounidenses en
la industria del azúcar; Castro prohibió el establecimiento de plantaciones
controladas por compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la
producción de azúcar en favor de otros cultivos alimenticios.
Ruptura con
estados unidos
En 1960 el
gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses de la isla,
medida a la que Washington respondió con la imposición de un embargo comercial.
En enero de 1961 se rompieron totalmente las relaciones diplomáticas entre
ambos países y el 17 de abril 1.300 exiliados anticastristas, apoyados y
entrenados por Estados Unidos, llevaron a cabo en el sur de Cuba el desembarco
de bahía de Cochinos.
En otoño de
1962 las relaciones entre ambos países se volvieron aún más tensas, cuando
Estados Unidos comprobó que Cuba había instalado en su territorio misiles de
origen soviético. El presidente estadounidense John F. Kennedy anunció entonces
el bloqueo naval de la isla para evitar la llegada de más barcos soviéticos con
armas. Después de varios días de negociaciones, durante los cuales la guerra
nuclear parecía inminente, el presidente soviético Nikita S. Jruschov aceptó el
28 de octubre desmantelar y eliminar las bases de misiles, a cambio de la
promesa del presidente Kennedy de no invadir la isla. Durante la década de 1960
las relaciones con Estados Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue
expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a la presión
que el gobierno estadounidense ejerció en contra del régimen de Castro. En
1965, por mediación de la Embajada de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos
países acordaron permitir a los cubanos emigrar a Estados Unidos: más de
260.000 salieron del país antes de que el puente aéreo se diera por terminado
de manera oficial en abril de 1973.
Periodo de
aislamiento
Muchas de las
actuaciones políticas de Castro distanciaron a Cuba de algunos países de
Latinoamérica, aunque fueron aplaudidas por muchos sectores populares del
continente. Después de ser expulsado de la OEA, el gobierno de Castro fue
acusado de intentar fomentar la revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia,
país donde el Che, que dirigía un grupo guerrillero, fue capturado y asesinado
en 1967. Mientras tanto, Cuba continuó dependiendo de la ayuda económica de la
Unión Soviética y de los países del bloque socialista. En 1972 se firmaron
varios pactos con la URSS que garantizaban la asistencia financiera soviética,
el desarrollo comercial entre ambos países y la prórroga de los pagos de la
deuda cubana; además, Cuba se convirtió en miembro del COMECON, Consejo de
Ayuda Mutua Económica.
El I Congreso
del Partido Comunista Cubano se realizó a finales de 1975 y un año después se
adoptó una nueva Constitución nacional que incrementó el número de provincias
de 6 a 14 y creó la Asamblea Nacional, la cual celebró su primera sesión en
diciembre de 1976 y eligió a Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.
Fin del aislamiento
A mediados de
la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento diplomático. En julio de 1975,
durante una reunión realizada en la capital costarricense de San José, la OEA
aprobó una resolución de libertad de acción con la que se modificaba el embargo
comercial a Cuba y otras sanciones impuestas en 1964 por esta organización. Las
relaciones con Estados Unidos también comenzaron a mejorar; las restricciones
en los viajes a Estados Unidos se hicieron más flexibles y, en septiembre de
1977, los dos países abrieron delegaciones en las capitales respectivas. No
obstante, Estados Unidos advirtió a Cuba que las relaciones no podrían
normalizarse hasta que sus demandas respecto a las propiedades estadounidenses
nacionalizadas fueran satisfechas y Cuba limitara o pusiera fin a sus
actividades en África.
Presencia
cubana en áfrica y américa
A mediados de
la década de 1960 habían comenzado a llegar asesores militares cubanos al
continente africano, principalmente a Angola y Etiopía. Castro envió militares
que formaron parte de la guardia personal de figuras como el presidente
congoleño Alphonse Massamba-Débat. No obstante, no fue sino hasta 1975 cuando
las fuerzas de combate cubanas entraron en plena acción en el continente,
apoyando al gobierno marxista de Angola. Posteriormente, las tropas cubanas
reforzaron al régimen marxista de Etiopía, que resultó vencedor en su guerra
contra Somalia en la región de Ogadén. En 1980 las actividades cubanas se
habían extendido hasta el Oriente Próximo, concretamente a Yemen del Sur.
Por lo
general, la presencia cubana en el continente africano fue interpretada por
Occidente como la punta de lanza de un creciente dominio soviético en la
región. Como recompensa, Cuba recibió del gobierno soviético ayuda económica
por valor de cerca de 3 millones de dólares diarios. En 1979, y a pesar de su
estrecha relación con la URSS, Cuba fue la sede de la VI Cumbre de la
Organización de Países No-Alineados, en la cual Fidel Castro fue elegido
presidente para los siguientes tres años.
En 1980 Castro
modificó temporalmente las restricciones de salida del país; cerca de 125.000
cubanos huyeron a Estados Unidos antes de que el flujo volviera a ser detenido,
en lo que se conoce como “éxodo del Mariel”. Nuevamente las relaciones con este
país se deterioraron, cuando el gobierno estadounidense acusó a Cuba de ayudar
a los rebeldes izquierdistas de El Salvador; otro punto sensible en las
relaciones entre ambos países fue la ayuda brindada por asesores cubanos al
gobierno sandinista de Nicaragua. Además, en octubre de 1983 cientos de
trabajadores de la construcción y personal militar cubanos fueron obligados a
abandonar Granada después de la invasión de la isla por las tropas de Estados
Unidos.
Fin de la
ayuda soviética
En abril de
1989, con motivo de la visita del presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La
Habana, ambos países firmaron un tratado de amistad por 25 años,
Aunque Fidel
Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y
económicas que Gorbachov había establecido en la URSS. En julio de ese año
cuatro oficiales del Ejército fueron ejecutados y otros diez sentenciados a
prisión acusados de contrabando y tráfico de drogas, el peor escándalo desde
que Castro había llegado al poder. Con el colapso de la URSS a principios de la
década de 1990, las ayudas y subsidios comerciales del bloque soviético a Cuba
llegaron a su fin y las fuerzas soviéticas fueron gradualmente retiradas del
país. Posteriormente, Estados Unidos endureció aún más las sanciones en contra
de las relaciones comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea
General de la ONU aprobó una resolución pidiendo el cese del embargo
estadounidense. Estas resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de
forma consecutiva en los años posteriores. En 1993 todas las tropas soviéticas
enviadas a Cuba durante la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.
Los últimos
años
Durante 1993 y
1994 se produjo la denominada “crisis de los balseros”: miles de cubanos
cruzaron el estrecho de Florida después de que fueran levantadas las
restricciones de salida; sin embargo, las continuas limitaciones impuestas por
Estados Unidos a la entrada de ciudadanos cubanos en ese país incumplían los
acuerdos migratorios a los que se había comprometido después del “éxodo del
Mariel”. Esta situación llevó a los gobiernos cubano y estadounidense a
mantener conversaciones bilaterales, cuyo resultado fue un nuevo acuerdo que
normalizó la situación.
En 1996 el
Congreso de Estados Unidos aprobó la ley Helms-Burton, que profundizó en el
boicot económico ya existente al pretender penalizar a las empresas que
mantuvieran relaciones comerciales con otras (filiales o no) radicadas en la
isla. La Unión Europea, en clara oposición, presentó una serie de medidas
aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para
neutralizar los efectos de esta ley. Esta normativa no ha sancionado todavía a
ninguna de las empresas que comercian con Cuba, pero sí ha disuadido a aquellas
que desean tener relaciones comerciales con la isla.
En enero de
1998 el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla de Cuba,
durante la cual se mostró a favor de un cambio de la política de Estados Unidos
hacia la isla por “lesionar a los más necesitados”. Fidel Castro criticó el
embargo estadounidense, al que calificó como “genocidio con el que se intenta
rendir por hambre al pueblo cubano”. El Papa celebró varias misas
multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los cubanos y destacó la
importancia capital del catolicismo en la formación última de la nación.
Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que llevaran más
tiempo en las cárceles cubanas, petición que fue llevada a efecto de manera
parcial semanas después por el régimen castrista.
Entre los
meses de julio, septiembre y octubre de ese año la isla caribeña se vio
sacudida por una serie de desastres naturales: así, cerca de un millón de
personas se vieron afectadas por la devastadora sequía que afectó durante los
meses estivales a las provincias del Oriente insular (Holguín, Las Tunas,
Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba). Buena parte de las cosechas se
perdieron y la escasez de agua potable obligó al abastecimiento de la población
y de la cabaña ganadera mediante camiones cisterna.
Poco después,
el huracán Georges alcanzó, procedente de la República Dominicana y Haití, el
territorio cubano, concretamente las ya damnificadas provincias orientales,
dejando a su paso grandes inundaciones y destrozos, lo que provocó graves
pérdidas en la economía cubana, que vinieron a añadirse a los dañinos efectos
de la prolongada sequía.
La ciudad de
La Habana fue la sede de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno, celebrada en noviembre de 1999. Tan sólo acudieron a ella 21
mandatarios, entre los que se encontraba el rey Juan Carlos I, el primer
monarca español que visitó la isla, y por diversas razones faltaron cinco
presidentes americanos (los de Chile, Argentina, Nicaragua, Costa Rica y El
Salvador). Al término de la Cumbre, los asistentes firmaron la llamada Declaración
de La Habana, que entre otras afirmaciones instaba al gobierno estadounidense a
poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton.